Renta variable europea vs. renta variable estadounidense: ganadores y perdedores en un año volátil

Redacción Mapfre
Estamos en pleno verano y con esta época llegan las merecidas vacaciones de millones de trabajadores. Sin embargo, quienes no descansan estos días, a pesar de haber tenido una primera parte del año bastante “movidita”, son los mercados.
Desde que comenzó el 2025, factores como las tensiones geopolíticas, la guerra comercial entre las principales potencias, los tipos de interés elevados durante más tiempo y un contexto macroeconómico incierto han puesto a prueba a los principales índices bursátiles mundiales.
Encarando la segunda mitad del año, y centrándonos en la renta variable, las preguntas que rondan por la cabeza de los inversores son más que razonables. ¿Quién ha salido ganando en esta primera parte del año? ¿Qué regiones y sectores han mostrado mayor fortaleza? ¿Y dónde podrían estar las oportunidades en lo que resta de 2025?
Europa y EE.UU.: dos caminos hacia la rentabilidad
En 2025, la renta variable europea ha logrado competir de tú a tú con la estadounidense, algo poco común en la última década. De hecho, el índice STOXX 600 europeo acumulaba una subida cercana al 7% hasta principios de agosto, mientras que el S&P 500 estadounidense avanzaba un 7,7% en el mismo periodo.
Dentro de Europa, quién ha brillado con luz propia ha sido el español Ibex 35, que en lo que va de año (a 8 de agosto) acumula una subida por encima del 26%. Los fondos centrados en el mercado Ibérico de MAPFRE AM han sabido aprovechar este buen comportamiento, como ya comentamos en este artículo.
En Estados Unidos, a pesar de ciertos baches por la guerra comercial, los mercados estadounidenses han sabido reconducir la situación gracias, sobre todo, al buen hacer de las grandes tecnológicas. Además, el anuncio, en julio, de la llamada “gran y hermosa ley”, un paquete de medidas que pretende reducir impuestos, incrementar el gasto en defensa y vigilancia de fronteras, ha vuelto a poner al país norteamericano en el centro de todas las miradas.
Sectores ganadores: defensa y banca en Europa, tecnología en EE.UU.
Los impulsores del crecimiento bursátil han sido muy diferentes en ambas regiones.
- Europa ha brillado especialmente en sectores como defensa y banca. El primero ha protagonizado uno de los rallys más importantes en lo que va de año, impulsado por el aumento del gasto militar en varios países. Por ejemplo, la empresa alemana de defensa Rheinmetall (municiones y equipamiento militar) lideró las alzas con subidas muy superiores al resto del mercado (en lo que va de año del 181%). La banca, por su parte, ha sido favorecida por unos tipos de interés más altos de lo esperado durante más tiempo.
- Estados Unidos ha estado dominado nuevamente por la tecnología. Los gigantes del sector han continuado creciendo, con Nvidia a la cabeza. El pasado julio, esta compañía se convirtió en la primera empresa en la historia cuyo valor supera los 4 billones de dólares. En lo que va del año, se marca una subida de más del 34%. Por su parte, Microsoft no se queda atrás, registrando una subida a 8 de agosto por encima del 23%.
El buen rendimiento de la tecnología ha ayudado a impulsar el mercado a pesar de las preocupaciones que tienen los inversores sobre los posibles efectos de los aranceles y otras políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Por el contrario, sectores como energía o consumo cíclico han mostrado rendimientos más modestos o incluso negativos, especialmente en EE.UU., donde el impacto de los aranceles y la caída del petróleo han afectado a varias compañías.
¿Hacia dónde rotan las carteras?
En el plano macroeconómico, la economía europea muestra señales de mejoría. Los fondos europeos (NextGen EU) y un estímulo fiscal alemán inédito (en gran parte dedicado a defensa e infraestructura) apuntalan la recuperación del PIB regional. La elevada incertidumbre derivada de las tensiones comerciales mundiales y las catástrofes relacionadas con el clima podrían conducir a un crecimiento negativo. Sin embargo, la relajación de las tensiones comerciales entre la UE y los Estados Unidos, la expansión del comercio, el aumento del gasto en defensa y las reformas para impulsar la competitividad podrían contribuir al crecimiento y a la resiliencia de la economía de la Unión Europea.
Por su parte, EE.UU. enfrenta un crecimiento moderado y una Reserva Federal (Fed) que ha frenado subidas de tipos al ver una desaceleración (en abril, su presidente, Jerome Powell, señaló que la economía se enfriaba y que subiría tipos con más cautela).
En este contexto, algunos inversores han girado parte de sus carteras hacia Europa, buscando mayores rendimientos en regiones consideradas baratas o más rezagadas. Otros siguen confiando en EE.UU. y las grandes tecnológicas que han visto dispararse su beneficio por acción más de un 500% en los últimos cinco años.
Ante este escenario, los inversores manejan dos palancas de asignación:
- Mantener exposición a las tecnológicas de EE.UU., que siguen siendo sólidas en márgenes, flujos de caja y con resistencia a los tipos altos durante más tiempo.
- Aumentar el peso de la renta variable internacional, especialmente en Europa y Asia, donde los mercados aún están infravalorados y presentan una mejor dinámica macro a corto plazo.