Débil crecimiento, déficit y riesgo de inflación: ¿hacia dónde va el Reino Unido?

Redacción Mapfre
El Gobierno británico se enfrenta a una difícil decisión. Está obligado a enfrentar un gran déficit fiscal, mientras su economía muestra una elevada inflación y un débil crecimiento. En esa encrucijada, presenta su presupuesto para el próximo año, que deberá acometer algún tipo de “medidas impopulares” si quiere controlar el déficit, explica Alberto Matellán, director general de La Financière Responsable, que ve similitudes con otros países europeos, como Francia.
“Es complejo porque hay que priorizar déficit o crecimiento”, señala Matellán, que no obstante advierte de que es importante controlar el gasto público porque “ya hemos visto sustos en los bonos” del Reino Unido. En declaraciones de este miércoles, antes de que fuesen presentadas las cuentas, ha expuesto que los analistas esperan que sean “serias y creíbles” pero “sin grandes sorpresas” ni un excesivo sesgo restrictivo.
La posible reacción en las bolsas dependerá de la credibilidad de este presupuesto y la capacidad del Gobierno británico para encarrilar la economía. Si no es riguroso con el control del gasto, podría desencadenar ventas, pero si es demasiado ambicioso en este sentido, podría dañar la confianza en el ejecutivo por la erosión política.
Algunos analistas han barajado la posibilidad de que una eventual restricción presupuestaria pueda acercar rebajas de tipos por parte del Banco de Inglaterra, pero Matellán no ve probable este escenario, porque solo sería posible mediante recortes “extremos” e impopulares, lo que frenaría en seco el crecimiento económico, algo que difícilmente llevará a cabo Downing Street.
España crece actualmente, pero lo hará menos en los próximos ejercicios
Tras incrementar su PIB un 3,5% en 2024, España crecerá un 2,9% este año, y de ahí moderará esta cifra hasta un 2,2% en 2026 y un 1,8% en 2027, según la actualización de previsiones de la OCDE. Estas estimaciones están “en líneas generales” en línea con las que maneja el Grupo MAPFRE y su servicio de estudios, MAPFRE Economics.
Matellán explica que, “décima arriba o décima abajo”, pequeñas variaciones en estas estimaciones no mueven al mercado, y en cualquier caso apuntan a una tendencia con al que ya cuentan los inversores: una desaceleración gradual que no es especialmente grave ni llevará a una recesión, y que es natural pro la dinámica de la economía global además de la española.
Del otro lado del Atlántico, el último informe privado ADP sobre el empleo en Estados Unidos ha arrojado una cifra peor de lo esperado, lo que junto a otras señales de titubeos de la economía estadounidense han disparado las probabilidades que otorgan los analistas de una rebaja de tipos en la reunión de la Fed de diciembre. Sin embargo, el directivo de La Financière Responsable llama a la cautela: este indicador es muy volátil, porque el mercado reacciona muy rápido a estas publicaciones, pero la Reserva Federal contempla muchos más datos y la inflación en EEUU sigue siendo motivo de preocupación.
El acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania parece estar más cerca, y con él la futura reconstrucción del país invadido. ¿Podría esto ser una oportunidad para invertir en compañías vinculadas a las infraestructuras? De nuevo, Matellán lo ve “prematuro” porque estas compañías son muy cíclicas, y un eventual cese de la guerra no cambia por sí mismo las tendencias económicas. Habría que esperar a más datos en este sentido para aumentar la exposición en empresas como las acereras.
Por último, JP Morgan ha advertido en su último informe de los riesgos para 2026, como las disputas comerciales, pero Matellán puntualiza que, pese a ellos, los factores positivos que han impulsado hasta ahora las bolsas (resultados, políticas monetarias laxas, elevada liquidez…) siguen presentes, por lo que no parte de un escenario negativo para el próximo ejercicio.



