¿Qué son y cómo funcionan los planes de pensiones de empleo?

Redacción Mapfre
La jubilación, el ansiado y merecido descanso después de décadas de trabajo, es una preocupación latente entre los ciudadanos. De hecho, según una encuesta sobre Pensiones y Educación Financiera (2025), elaborada por Funcas, un 67% de los españoles está bastante preocupado porque su pensión futura no sea suficiente para vivir sin aprietos.
Sin embargo, según otra encuesta, en este caso, la Paneuropea de Pensiones (Insurance Europe, 2023) se desprende que, a pesar de esta preocupación, el 51% de los españoles afirma que no está ahorrando para la jubilación, frente al 39% de la media europea.
En este sentido, está demostrado que los ciudadanos de a pie necesitan un pequeño empujón para empezar a planificar su jubilación. Es aquí cuando vehículos como los planes de pensiones de empleo (PPE) se convierten en la opción ideal. Pero, ¿qué son exactamente los PPE?
¿Qué son los planes de pensiones de empleo?
Los planes de pensiones de empleo son instrumentos de ahorro colectivo creado para complementar principalmente la pensión pública cuando llegue la jubilación, o en situaciones de incapacidad o fallecimiento. Su objetivo es movilizar el ahorro a largo plazo de los trabajadores a través de su empresa o colectivo profesional, de manera que al jubilarse dispongan de una prestación adicional.
A diferencia de los planes individuales, que dependen de la iniciativa de cada persona, los PPE se promueven a través de un promotor (que puede ser cualquier la empresa, entidad, corporación de la empresa o asociación) y las aportaciones se acuerdan en la negociación colectiva o en el compromiso establecido entre empresa y plantilla.
Además, la legislación vigente exige que todos los trabajadores con vinculación laboral suficiente puedan acceder al plan sin discriminaciones.
Para facilitar el acceso de los trabajadores autónomos o por cuenta propia a la previsión social complementaria, la normativa actual incluye dentro de los planes de pensiones de empleo a los planes de pensiones simplificados. Son planes de pensiones con unas características especiales, promovidos principalmente por los convenios colectivos de sector o asociaciones de autónomos, sindicatos o colegios profesionales.
Cabe destacar que un plan de pensiones es un producto ilíquido: no puede rescatarse libremente salvo que se produzca una contingencia un supuesto excepcional de liquidez previsto en las especificaciones del plan (enfermedad grave, desempleo de larga duración y, siempre que lo apruebe la Comisión de Control del Plan, la disposición de derechos consolidados correspondientes a aportaciones realizada con al menos diez años de antigüedad). También pueden establecerse otros supuestos excepcionales que emanen de una norma emitida para solventar necesidades devenidas por situaciones extraordinarias (como pueden ser catástrofes naturales).
Las contingencias susceptibles de cobertura en un plan de pensiones cubiertas incluyen la jubilación (determinada conforme al Régimen de la Seguridad Social o situación asimilable), la incapacidad permanente (total o en grado superior), el fallecimiento del partícipe y la dependencia severa o gran dependencia del partícipe.
¿Qué lo diferencia de otros planes?
Algunas diferencias respecto a los planes individuales son:
- Aportaciones conjuntas: la empresa y el trabajador pueden realizar aportaciones; en los planes individuales solo aporta el partícipe. Además, el compromiso del empleador aporta estabilidad al ahorro y suele negociarse en acuerdos colectivos. Ambas reciben incentivos fiscales por invertir. Para el trabajador, el dinero que invertirá será deducible en la declaración de la renta, como ocurre en los planes individuales. De modo que, para el trabajador supone un beneficio adicional a su sueldo, mientras que para las empresas supone un gasto deducible en el impuesto de sociedades.
- Fidelización: favorecen la fidelización del trabajador a la empresa al considerarse como beneficio social.
- Costes más bajos: al gestionarse de forma colectiva, las comisiones y gastos suelen ser inferiores a los de los planes individuales.
- Ventajas fiscales adicionales: además de la deducción general de 1.500 euros para planes individuales e individuales de empleo, los trabajadores y empresas pueden aprovechar un límite adicional de hasta 8.500 euros en las aportaciones empresariales. Es decir, la cantidad total que podrá desgravarse un partícipe de ambos vehículos de inversión que aporte la cantidad máxima se sitúa en los 10.000 euros. La legislación también permite que el trabajador incremente su aportación en 4.250 euros siempre que la empresa contribuya con al menos 4.250 euros, lo que eleva su deducción hasta 5.750 euros.
La legislación actual también permite en los planes simplificados de empleo que la persona física autónoma haga una aportación en 4.250 euros siempre que la empresa contribuya con al menos 4.250 euros, lo que eleva su deducción hasta 5.750 euros.
Modalidades de planes de pensiones de empleo
La normativa distingue tres modalidades de planes según quién asume el compromiso de las prestaciones:
- Planes de aportación definida: se pacta la cuantía de las aportaciones del trabajador o de la empresa. No se garantiza una prestación determinada, por lo que el capital final dependerá de las aportaciones y de la rentabilidad obtenida.
- Planes de prestación definida: se define la cuantía de la prestación que percibirá el beneficiario (por ejemplo, un porcentaje del salario o una renta concreta). La aportación en este caso puede variar en el tiempo para ajustarse a esa obligación futura.
- Planes mixtos: combinan características de aportación y de prestación definida. Pueden garantizar, por ejemplo, un interés mínimo sobre las aportaciones o una prestación mínima y definir aportaciones fijas para otras contingencias.
Consejos finales para valorar un plan de empleo
- Evaluar la estabilidad de la empresa y el convenio colectivo: un PPE es un compromiso a largo plazo; conviene conocer las condiciones de acceso, el porcentaje de aportación de la empresa, las coberturas, formas de cobro y los subplanes existentes.
- Conocer la modalidad del plan: es esencial conocer cuál de las tres modalidades explicadas anteriormente se adapta mejor a cada situación y fondo de pensiones al que se adscribe y su política de inversión, así como las comisiones y gastos aplicables.
- Planificación fiscal: conviene ajustar las aportaciones al margen de ahorro disponible y a los tramos de IRPF, teniendo en cuenta que el rescate tributa como rendimiento del trabajo.